La empresa crece y se consolida, pero debido a motivos familiares se hace cargo del negocio Manuel Padilla Molina, hijo mayor del fundador que sin duda heredó su mismo espíritu emprendedor. Toma el relevo así la segunda generación al frente del negocio familiar.
A pesar de su juventud, tan sólo tenía 18 años, contaba con una gran experiencia en el negocio familiar, ya que había trabajado junto a su padre desde que, con el resto de la familia, se trasladó desde Málaga.